jueves, 11 de diciembre de 2008

Por las calles de Bellavista



Mapa Barrio Bellavista

Sobre el barrio Bellavista

Para mí, al oír Bellavista, mi mente imaginaba gente. Mucha gente que bebe, fuma, y baila por las calles de Pío Nono y sus alrededores. En definitiva, antes de empezar este reporteo, Bellavista, para mí, era sinónimo de carrete, distorción y buena onda.
Sin embargo, durante estos cuatro meses llendo al barrio, conversando tanto con quienes habitan el lugar como con turistas y visitantes, me he creado otra impresión del barrio.Un barrio que, claramente, está en decadencia. Que ya no es un barrio como tal, sino más bien, un sector de diversidad gastronómica y cultural.

Cada vez es menos la gente que vive en el lugar. Esto se debe a que los ruidos por las noches, la delincuencia, y la poca convivencia entre vecinos, ha provocado que la gran mayoría de los antiguos habitantes, los que sí formaban conciencia de "barrio", hayan decidido vender. Vender y ver cómo todos los recuerdos de infancia quedan bajo un par de mesas, sillas, un mesón, y una gran variedad de comida.

Es cierto que en este sector existen infinitas variedades. Se puede encontrar un gran parque, que contiene zoológico, telesférico, la cumbre de la virgen, etc. También existe una gran variedad gastronómica, apta para todo tipo de paladares y bolsillos.

Siguiendo con las variedades, el barrio también integra lugares para bailar para todo tipo de gustos musicales. Asimismo, existen teatros y galpones, galerías y museos. La casa de Pablo Neruda, "La Chascona", es el museo más importante y visitado del barrio.
También, entre estas calles tan extravagantes, se pueden encontrar monumentos culturales, que motivan a que los habitantes tilden al barrio como Patrimonio Cultural.Sin embargo, este patrimonio ha ido decayendo cada día más, gracias a la gran emancipación del barrio.

Esta es una de las mayores razones del por qué me gustó reportear en este lugar. Creo que cambió totalmente mi perspectiva del barrio, conversar con la gente, con el presidente de la Junta de Vecinos, me hizo darme cuenta de cuánto aman el lugar y de cómo odian que se priorize la economía ante la cultura.

Creo que, aunque mis artículos no vayan a ser publicados en algún medio, sirven para intermediar los sentimientos de la gente, sus inquietudes y molestias. Me hice tan parte del barrio, que ahora cuando voy los fines de semana a alguna discotheque, debo pasar por el Venezia a saludar a la señora Tina, o a la botillería La Maca, donde don José me atiende con alegría, etc. La gente es muy amable y cordial, y me conecté tan bien con ellos que no tuvieron problema en confesarme sus emociones, posar para las fotos, incluso regalarme algún bebestible.

Por otro lado, creo que influyó mucho el no haber sido víctima de algún robo. Aunque sí, miraba para todos lados antes de sacar la cámara, no es un barrio donde existan pandillas o "flaytes al hacecho". De hecho, de noche es mucho más peligroso que de día, pero en la noche uno ve patrullas de Carabineros en cada esquina, por ende, te sientes segura.

Pero de día, caminas, ves a turistas, jóvenes beber cervezas, artesanos que te ofrecen sus últimas creaciones, nada que temer.

Por todo esto, espero que quien visite este blog, sepa que existe un barrio de constante esparcimiento, carrete y algomeración de personas. Pero que detrás de esa cara popular que tiene el sector, existen quienes habitan en él, y que sueñan con algún día poder volver a decir: "barrio" Bellavista.

Reportaje

Incendios: el gran peligro para el Parque Metropolitano

Un recinto que es catalogado como el pulmón verde, y el más importante para Santiago, sufre de frecuentes catástrofes, las cuales amenazan las especies vegetales que proporcionan el oxígeno a la capital. Por esta razón, los funcionarios del parque ya iniciaron la temporada de prevención para los incendios forestales.

Las altas temperaturas de noviembre, han provocado grandes adelantos en la capital. Uno de ellos ocurrió el pasado viernes 14, el Parque Metropolitano, junto al Servicio Nacional de Turismo (Sernatur), dieron inicio a la temporada de playas y piscinas. Desde entonces, los recintos de Tupahue y Antilén reciben al público que por 5 mil y 6 mil pesos, respectivamente, se dirigen a las piscinas para escapar del calor.

Pero ese no es el único atractivo que tiene este parque. Dentro de sus 722 hectáreas, se encuentran cinco zonas de pic-nic, viveros, jardines, miradores, senderos, puestos de artesanía, dos restaurantes, teleférico, funicular, el zoológico y la cumbre de la virgen, entre otros. Es muy común ver a turistas de todo el mundo, delegaciones y estudiantes de colegios recorrer y disfrutar de la naturaleza y de las variadas atracciones que ofrece el lugar.

Sin embargo, en esta época del año, el calor comienza a causar estragos, pero no sólo entre los innumerables visitantes. También se da inicio a la temporada de prevención del mayor problema que tiene este pulmón verde de Santiago: los incendios. “Es un tema que nos quita el sueño”, afirma Alejandro Becker, jefe de la oficina de prensa y asuntos públicos del Parque Metropolitano.

>>Alejandro Becker.

Según él, en la ladera oriente del cerro, que limita con la comuna de Providencia, no tienen mayores problemas, puesto que el río Mapocho actúa como barrera natural y “la gente no cruza el río para hacer desmanes”. Además, este lugar es el que tiene mayor vegetación y áreas verdes.

Por el contrario, en la ladera poniente del cerro, que limita con las comunas de Recoleta y Huechuraba, es donde tienen los mayores problemas, ya que en este sector, existe escasa vegetación y mucho pastizal. “Es por eso que desde el 2002 hemos hecho fuertes inversiones en esa zona”, comenta Hernán Merino, ingeniero agrónomo y jefe del departamento de Parques y Jardines. “Además, en esta misma zona, vive gente que tiene muchos problemas, tanto económicos como sociales y, permanentemente concurren al lugar, no siempre con sanas intenciones y/o salavaguardando los cuidados que deben tenerse”, agrega.

Por ejemplo, una de las mayores dificultades que tienen las personas que habitan ese lugar es respecto a la recolección de basura. Por tanto, mientras ello no ocurre, “la gente decide prenderle fuego al montón de desechos que se acumulan, sin pensar en las consecuencias”, dice el ingeniero. Además, según el jefe de seguridad del Parque Metropolitano, Eduardo Pacheco, “todos los incendios han sido provocados por la gente”.

Medidas de prevención
Durante los meses de lluvia, crece mucha vegetación; sin embargo en el período entre septiembre y octubre, ésta se seca y se convierte en material combustible. Es por esto que todos los años, el Parque Metropolitano efectúa dos proyectos de inversión en el área forestal. Cada proyecto es del orden de 130 millones de pesos y contempla: limpieza, es decir, quitar todo lo que está muerto y seco; plantar especies nativas, e instalar riego por goteo.

“Plantar una hectárea de bosque nativo con riego por goteo, es del orden de cinco millones de pesos, solamente la inversión inicial. Pero a ese monto, hay que sumarle la manutención que, al año, es del orden de un millón de pesos”, afirma Hernán Merino.

Así también, durante este período, se crean los “cortafuego”, que son franjas de tierra que rodean el parque. Tienen diez metro de ancho y son espacios limpios de vegetación herbácea.
Hernán Merino <<

Luego, a partir del primero de octubre, y hasta abril, se constituye una brigada forestal en el parque, formada por 30 personas. “La inversión que se hace en equipamiento a los brigadistas es de, aproximadamente cuatro millones de pesos, tanto en ropa, accesorios y carros con bombas de agua”, agrega el ingeniero.

Antiguamente, la brigada estaba instalada en un punto específico del parque. En cambio, hoy existen dos autos con los cuales hacen rondas para recorrer cada rincón del recinto. Junto con esto, también existe vigilancia montada, es decir, personas que andan a caballo por los lugares que “sabemos son más específicos en relación a los incendios”, agrega el jefe de seguridad.

También, existe una base de la Corporación Nacional Forestal (CONAF) dentro del parque, y prestan ayuda en caso de grandes incendios. También existe una torre de vigilancia, donde hay una persona que está observando constantemente, a través de binoculares, y que en caso de ver humo, “su misión es avisar de inmediato a la central de radio y éstos a los brigadistas”, agrega Pacheco.

Junto con esto, el Parque Metropolitano tiene su propio equipo de guarda parques, constituido por 15 personas que patrullan por el lugar y prestan ayuda a los brigadistas. “Si se trata de un incendio pequeño, lo apagamos nosotros mismos, de lo contrario, se informa a la brigada y posteriormente a la CONAF”, comenta Patricio Contreras, uno de los guarda parques.

Sin embargo, el hecho de pedir ayuda a esta entidad es uno de los principales motivos que tienen las personas de la ladera poniente del cerro de provocar los incendios. “Es un espectáculo para ellos”, afirma Eduardo Pacheco, quien además asegura que son los niños quienes inician el desastre ya que “les gusta llamar la atención”.

Campañas comunicacionales
El pasado 15 de noviembre se dio inicio a la temporada de prevención de incendios, por lo que, durante los meses de septiembre y octubre, el Parque Metropolitano se dedicó a difundir campañas comunicacionales para enseñar a la gente la importancia que tiene este parque para Santiago.

“Se puso gran énfasis en los vecinos de Recoleta y Huechuraba. Recorrimos diferentes colegios, dando charlas a los niños y jóvenes para que cuiden el medio ambiente”, comenta Alejandro Becker. “Incentivamos a los niños regalándoles lápices, chapitas, entradas para las piscinas y el zoológico”, agrega.

Junto con recorrer colegios, el Parque Metropolitano lanzó spots publicitarios por las radios FM, con frases como Cuida el parque metropolitano. El parque te necesita a ti y tú lo necesitas a él. Además, en cada spot se informa de un Fonoemergéncia (02-7776661), el cual “está a disposición de todas las personas para que denuncien en caso de ver humo u otro atentado contra el pulmón verde de la capital”.

Además de esto, durante los fines de semana, en el parque se reparten folletos con el número del Fonoemergencia, enfatizando que: Con tu ayuda, podemos evitar los incendios forestales en el principal parque de la ciudad.

Gloria Reyes, de 23 años, va todos los fines de semana a hacer deporte en el parque. “Aprovecho las clases de baile entretenido que ofrecen los sábados, y luego troto hasta la cumbre”, afirma. Este sábado se enteró, gracias a este folleto, que existía un teléfono para denunciar en caso de ver algún incendio. “Encuentro que es esencial que existan este tipo de medidas, ya que no podemos permitir que destruyan este hermoso parque”.

Según las estadísticas entregadas por el departamento de Parques y Jardines, de las 15 hectáreas promedio que antiguamente eran quemadas, “el año pasado fueron sólo 3,7 hectáreas las que sufrieron grandes daños”, afirma Hernán Merino. "Cada año baja la cantidad de incendios en el parque. Creo que la gente a tomado conciencia”, agrega.

Reportaje

Contraste en Bellavista: ¿Modernidad o tradición?

Grandes cambios están planeados para el barrio Bellavista con la llegada del Bicentenario. Nuevos proyectos que prometen mejorar la calidad de vida de sus residentes, con el embellecimiento de calles, paseos y fachadas. El problema es que con la renovación desaparecerá un patrimonio que forma parte de la historia del país.

Este año, octubre tuvo un comienzo diferente para los vecinos del barrio Bellavista. Un debate entre los postulantes a alcaldes por la comuna de Recoleta, convocado por la Junta de Vecinos N°35 de ese sector, causó gran expectación entre los habitantes. Mientras un gran número de personas esperaba atento para poder escuchar a Francisca Zaldívar (DC), Daniel Jadue (PC), y Sol Letelier (UDI), para informarse acerca del plan de trabajo que cada candidato proponía para el barrio.
A las once de la mañana del viernes 3 de octubre se dio inicio al debate en la escuela Juan Verdaguer Planas. Pese a que la candidata de la Alianza por Chile no pudo asistir al evento, los vecinos escucharon atentos los objetivos que, tanto Zaldívar como Jadue, tienen incorporados en sus propuestas para el barrio. Según el presidente de la Junta de Vecinos, Gerardo Lanzarotti, ambos candidatos coincidieron en algunas promesas, y “aseguraron a la población el
cumplimiento de ellas”.

Un compromiso que quedó registrado en una grabación que Lanzarotti guarda hoy en su domicilio. Dice que le servirá para, en el futuro, hacer presión sobre el cumplimiento de éste, ya que hasta ahora, “las autoridades han hecho vista gorda a todas nuestras peticiones de cambio”.
Gerardo Lanzarotti <<

En este sentido, la candidata de la Concertación, Francisca Zaldívar, recalcó estar al tanto de los problemas que existen en el barrio Bellavista y que hoy “tienen muy afligidos a los residentes”. Es por esto, que una de sus propuestas es trabajar directamente con los vecinos y, juntos, buscar soluciones.

El problema
Sin embargo, el motivo que actualmente angustia a los residentes, es un proyecto que ya no tiene vuelta atrás. Se trata de la construcción de dos universidades (Andrés Bello y San Sebastián), más un edificio que ofrecerá cerca de 1.050 departamentos, “lo cual implicará una transformación del barrio: de ser un sector gastronómico, pasará a convertirse en un polo universitario en la capital”, afirma Lanzarotti.
La Universidad Andrés Bello espera recibir a más de 2.200 estudiantes en su Facultad de Ciencias Jurídicas, que se está edificando detrás de la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile. Por otra parte, en el lugar donde se encontraba el Liceo Alemán, hoy se construye la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad San Sebastián, la que ocupará toda la manzana entre Pío Nono y Ernesto Pinto Lagarrigue.

Pero a un costado de esta construcción, se encuentra la iglesia del Liceo Alemán, calificada como Inmueble de Conservación Histórica. Ésta data de 1914 y deberá ser conservada por la universidad.
A esto, se suma la construcción de “Bellavista Forestal”: dos torres colindantes, situadas en Dardignac, detrás de lo que será la Universidad San Sebastián. Cada una constará de 19 pisos, cada uno de los cuales tendrá 10 departamentos de una o dos habitaciones. Eso, además de cuatro subterráneos.

Estas construcciones tienen intranquilos a los vecinos de Bellavista, dicen que la llegada de los 6.200 estudiantes, más las personas que habitarán los casi 1.050 departamentos significará un gran impacto vial en la zona. Temen, también, por el impacto ambiental y cultural que provocaría tanto edificio.

Con respecto al impacto ambiental, la Comisión Regional del Medio Ambiente de la Región Metropolitana, ya aprobó el proyecto inmobiliario de “Bellavista Forestal”, pero el proyecto de las universidades, “no ha ingresado a evaluación ambiental”, según señala Annie Kutscher, encargada del área de comunicaciones de la Corporación Nacional del Medio Ambiente (CONAMA Metropolitana). Así y todo, la construcción de ellas ya comenzó.

En el caso del impacto vial por el que temen los vecinos del barrio, las inmobiliarias (Banmerchant y Andrés Bello), intentan bajar el perfil, y afirman que “además de los dos subterráneos de estacionamiento que tendrán ambas torres de departamentos, en la Plaza de los Artesanos se habilitarán alrededor de 600 estacionamientos”. Así lo señala Jorge Parra, encargado de informaciones de “Bellavista Forestal”.

Esto es precisamente lo que tiene preocupados a los artesanos de la plaza ubicada en frente a la Universidad de Chile. “Pero confiamos en que las autoridades saben la importancia cultural que tiene este lugar. Si quieren hacer estacionamientos, este sector debiese ser remodelado, pero no eliminado”, aclara Denis Fortoul, quien trabaja hace cinco años en el lugar, vendiendo pinturas que él mismo hace.

La comuna
Según encargados de la Secretaría Comunal de Planificación (SECPLAC) de la Municipalidad de Recoleta, todos los proyectos inmobiliarios que se están llevando a cabo en el barrio Bellavista, están aprobados por la Dirección de Obras del municipio.
Pero por parte de la Junta de Vecinos N°35 de la comuna, Gerardo Lanzarotti manifiesta que estos proyectos no son más que un “atropello de las grandes inmobiliarias, que vienen a destruir más que a construir”. Él se refiere a que estos proyectos significarían la destrucción del patrimonio que conserva el barrio. Un barrio que tiene historia, pero que “si sigue así, tendrá una pronta desaparición”, asegura.


La candidata a alcaldesa, Francisca Zaldívar, afirma que “hoy se está pensando en Bellavista como un negocio, más que como un lugar para vivir y de calidad”. Y concuerda con la mayoría de los residentes del barrio, quienes defienden sus anhelos de conservar el patrimonio y la historia del lugar. Ellos miran con repudio los carteles de propaganda de la inmobiliaria, que dicen: “Bellavista Forestal, un nuevo barrio”.
>>Francisca Zaldívar

Estos avisos ocultan las profundas excavaciones que hay en el lugar donde estaba el Liceo Alemán. Sin embargo, cada vez que se abre el portón para la salida de los camiones de la construcción, se logra escuchar el grito de algún vecino, afirmando que “van a hundir el cerro San Cristóbal con tanta torre”. Eso deja en evidencia el disgusto que sienten muchos por el futuro que están imponiendo en Bellavista.

Para evitar que las autoridades aprueben nuevos proyectos, los vecinos del barrio han decidido organizarse, y unirse la junta de vecinos que hoy agrupa a más de 300 residentes. El objetivo es “gritar a viva voz que somos personas, y que el tener poder no les da derecho de pasar por sobre nosotros”, afirma Lanzarotti.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Crónica

Por los rincones del barrio Bellavista

No es necesario vivir en este sector de Santiago para darse cuenta de las exclusivas variedades que abundan en sus calles. Desde comidas típicas y atípicas hasta música para todos los gustos, demostraciones artísticas, recuerdos de infancia, y más de algún secreto de quienes gozaron de ese antiguo barrio residencial. Hoy es reconocido como el área económica de la aglomeración de la bohemia capitalina.

El desarrollo del barrio Bellavista comenzó durante la época colonial, donde el sector era conocido como el barrio La Chimba (del quechua Chimpá, que significa “al otro lado”). Era un sector de familias pobres, que vivían en los faldeos del cerro San Cristóbal, y se dedicaban al cultivo de viñas y otros menesteres agrícolas. Así como fue un territorio de residencia y trabajo, también lo fue de descanso: eso, por su carácter aislado, le otorgaba una tranquilidad inusual en la capital.

A fines del siglo XIX sus cualidades como la belleza natural, la privilegiada cercanía a la ciudad y los bajos precios del suelo, lo convirtieron en un lugar adecuado para la construcción del primer conjunto de viviendas obreras de Chile, llamado Población León XIII. Un hito importante dentro de ésta es la construcción de la Iglesia Epifanía del Señor para la celebración del 25º aniversario de la Institución León XIII, en 1916. Declarada como monumento histórico, esta iglesia es uno de los tantos monumentos que conserva el barrio, los cuales deben convivir con diversos locales como restaurantes, teatros, galerías de arte, bares populares, y el Parque Metropolitano.

Su arteria principal es la calle Pío Nono, la cual divide al barrio en dos comunas, Providencia al oriente y Recoleta al poniente. Esta calle fue completamente remodelada, y luego inaugurada el domingo 24 de agosto, gracias al Programa Concursable de Espacios Públicos del MINVU, donde participaron las juntas de vecinos de ambos municipios. La remodelación implicó la instalación de jardineras, arborización, mejoramiento de la iluminación, reparación de las calzadas (que incluye una ciclovía), la eliminación de los estacionamientos en la superficie y la ampliación de las veredas. Esta última modificación es para que los locatarios puedan instalar con mayor facilidad mesas afuera de restaurantes y pubs, y generar así, un mejoramiento en la calidad del servicio y mayor capacidad de público. Así, quienes deseen fumar mientras se toman una cerveza, pueden hacerlo sin incomodar a nadie.


Lamentablemente, esto de salir a la vereda no dejó contentos a todos. Augusto Ithal, quien hace 29 años se dedica a la cerrajería y tiene un local en Dardignac 072. “Con todo esto de la remodelación tuve que arrendar este nuevo local. Antes tenía un puesto en la esquina de Pío Nono con Dardignac, justo donde ahora hay una mesa del restaurante ‘Don Armandito’”, recuerda con nostalgia Augusto, quien llegó al barrio en el 1980. “El barrio ha cambiado en un cien por ciento”, continúa. “Antes era totalmente residencial, y era común ver a los vecinos salir con sillas a sentarse en las veredas y conversar hasta altas horas de la madrugada. En ese tiempo existían sólo tres restaurantes, ya que era muy difícil instalar ese tipo de cosas, debido a los reclamos de los vecinos por la bulla. Sin embargo, de a poco fueron surgiendo bares y restaurantes, y la gente comenzó a vender sus casas debido a la alta demanda que éstos implicaban. El barrio perdió la tranquilidad que tenía antes”. Es por esta última razón que Augusto Ithal, ya no vive en el barrio Bellavista. Vendió su casa y ahora sólo se dirige al sector a trabajar.

Esa misma decisión la han tomado muchos de los antiguos vecinos del barrio. Sin embargo, aún existen “cités” y edificios, donde habitan personas de entre 25 y 45 años. “Las personas que viven en este edificio, sólo llegan a dormir. Salen todo el día a trabajar, no hay niños, y pocas veces se les ve conversando entre vecinos. Nunca presentan quejas por los ruidos del barrio, ya que saben lo que compraron y en las condiciones que iban a vivir”, afirma Claudio Sepúlveda quien hace seis años trabaja como conserje en el edificio ubicado en Ernesto Pinto Lagarrigue 247.

A pesar del rotundo cambio que ha sufrido el barrio Bellavista en los últimos diez años, por la comuna de Recoleta funciona la Junta de Vecinos Nº 35, la cual ha motivado al alcalde Gonzalo Cornejo para el mejoramiento del barrio. Uno de los locales favorecidos por esta iniciativa, y que llama mucho la atención, es el almacén “El Carmen”, ubicado hace 40 años en Dardignac 39, esquina Ernesto Pinto Lagarrigue, el cual fue pintado de color verde y figuras en forma de enredaderas blancas y rojas. “La junta de Vecinos funciona muy bien, hacen reuniones constantemente e informan de los proyectos que están en conversaciones con el Municipio. De hecho, ahora hay un proyecto para que el barrio Bellavista se una a la comuna de Providencia hasta calle Loreto, para que así, éste pueda ser nombrado patrimonio cultural”, señala con entusiasmo Carmen Farias, quien hace 10 años trabaja atendiendo el almacén, y concuerda con Augusto Ithal, afirmando que el barrio ha cambiado cien por ciento. “Antes el barrio era residencial,­­ uno podía estar hasta las tres de la mañana en la calle, los niños jugaban y todo bien”, recuerda Carmen. “En cambio ahora llega una hora y todos pa’ dentro. El barrio se ha puesto más bohemio, y anda mucho punkie, mucho volado, mucho borracho, y se arman peleas; entonces por seguridad es mejor quedarse en casa”, agrega. A diferencia de Augusto, ella sigue viviendo en el barrio, en una de las casas del cité de calle Dardignac.

La seguridad del barrio es uno de los temas que promete mejorar el alcalde Cornejo, antes del término de su mandato. Y, aunque ha decidido no competir por la reelección contra la candidata de la DC, Francisca Saldívar, en el barrio Bellavista no se ve competencia alguna. En las calles, no hay afiches de propaganda ni de la Alianza ni de la Concertación y los vecinos no están al tanto de quienes son las opciones para las elecciones del próximo mes.

Este famoso barrio Bellavista tiene dos caras. La primera, la cara cultural de día, donde se ve a muchos chilenos y extranjeros recorrer las calles, entrar a las tiendas de lapislázuli y a las de ropa alternativa. También a los museos y los centros culturales, y pasar a comer en algún centro gastronómico internacional, o a alguna picada, para bolsillos más humildes. La otra cara, es la del barrio Bellavista de noche. Donde abundan el alcohol y las drogas, donde la euforia por el baile, la música fuerte, y la multitud de gente que llega desde todas partes de la ciudad; han convertido al barrio en una zona de delincuencia, y peligro para los jóvenes que lo frecuentan. Sin embargo, esto no parece importarles a los amantes del carrete, ya que –después de dos “piscolitas", todo es buena onda– confiesa Joaquín Arancibia, de 20 años, mientras bebe con sus amigos en una de las mesas ubicadas en el frontis de la discotheque “Tutu-Tanga”, en Pío Nono, pasada la media noche.

Esta es la principal calle de este sorprendente barrio, y el escritor Roberto Merino en su libro “Santiago de memoria”, declara: Esta calle estratégica sigue dominando el implacable trasnoche del barrio Bellavista, que a pesar de los agoreros está más despierto que nunca. La artesanía, la gastronomía y las febrículas del baile se enredan aquí cada fin de semana en jornadas de extenuante diversión.

Perfil

Tras una caja registradora

Una persona que no es famosa, ni ha salido jamás en televisión, es casi increíble que a sus 68 años sea tan querida y reconocida entre sus vecinos del barrio Bellavista, quienes la han catalogado como una buena persona y muy trabajadora. Más conocida como la señora “Tina”, entre los clientes del restaurante la definen como una persona amable, cordial, respetuosa e inteligente.



Son las once de la mañana y en el Retaurant “Venecia”, uno de los más antiguos del barrio Bellavista, abierto en 1913, comienza la atención al público. Está ubicado en Pío Nono #200. Este año se ha visto afectado por las remodelaciones de la calle; en el lugar que estaba disponible para que sus clientes pudiesen estacionar, ahora hay una ciclovía y, por ende, ya no está permitido. Tampoco hay lugares de estacionamiento cerca del local y, por lo que comenta uno de los meseros más jóvenes, “en el ‘Venecia’ han bajado las ganancias debido a la remodelación. Esto, a la señora ‘Tina’ la tiene muy disgustada”.

Clementina Gutiérrez, cariñosamente apodada por sus vecinos y clientes como la señora “Tina”, es la dueña del restaurante “Venecia”. Nació en 1940 en casa de su madre ubicada en Fernando Márquez de la Plata, barrio Bellavista. “En esos años, eran las matronas quienes iban a la casa de las embarazadas a ayudarlas en el parto”, afirma Eduardo Escalona, mesero del “Venecia” hace 22 años. “La señora ‘Tina’ ha sido siempre una mujer muy trabajadora y, junto a su hijo, se han hecho cargo de este local”, agrega.

Son las dos de la tarde y el “Venecia” está lleno. De pelo blanco, chaqueta de vestir morada, lentes ópticos antiguos, y muy bien maquillada; a sus 68 años la señora ‘Tina’ está sentada frente a la caja registradora y no se toma ni un minuto de descanso. Recibe las boletas con los pedidos de todas las mesas, las ordena, y luego indica a las cocineras lo que deben servir. Del mismo modo, espera la señal de algún mesero que le indique la solicitud de la cuenta de alguna de las mesas, y en cuestión de segundos tiene lista la boleta y, si es necesario, el vuelto.

Sin embargo, al salir del colegio María Auxiliadora, ubicado en la comuna de Estación Central, a Clementina Gutiérrez no le fue bien en el Bachillerato, por lo que nunca pudo ingresar a estudiar una carrera universitaria, y optó por entrar a trabajar como secretaria en el Partido Liberal.

En 1973, la muerte de su amigo Pablo Neruda, sin duda la marcó para siempre. “A ella no le gusta hablar del tema. Se nota que la muerte del poeta le afectó mucho”, comenta Eduardo Escalona. “La única vez que me contó algo de él, fue que el poeta venía a almorzar todos los días al ‘Venecia’ y se sentaba siempre en la misma mesa. En ese tiempo, la señora no trabajaba aquí, pero cuando venía y se encontraba con el poeta, podían estar hasta tarde conversando. Incluso, su único hijo salía a andar en bicicleta con Neruda”, agrega el mesero mientras limpia una de las mesas que se acaba de desocupar.


Fue en 1975 cuando Clementina decidió hacerse cargo de la administración del restaurante que su padre le había dejado como herencia. Entonces, su hijo tenía 15 años, y por petición de él, la señora “Tina” mandó a colocar una placa grabada que dice: “Esta es la mesa de Pablo Neruda”, y colocarla en la pared contigua a la mesa que el poeta frecuentaba. Asimismo, en las paredes del restaurante hay colgados varias fotos enmarcadas del artista.


>>Edificio donde vive Clementina.

A las cuatro de la tarde, en el “Venecia” las cosas se tranquilizan. Sólo dos mesas están ocupadas y los meseros aprovechan el momento para almorzar. Asimismo lo hace la señora “Tina”, quien se sienta en la “mesa de Pablo Neruda” a comer un plato caliente de garbanzos. Mientras almuerza, aprovecha de leer la revista “Vanidades” que compra en el kiosco de la esquina. “También compra los diarios El Mercurio y La Tercera”, comenta Antonio Cancino, quien atiende el kiosco ubicado en Antonia López de Bello, llegando a Pío Nono. “Cuando la señora ‘Tina’ viene aquí no hay problemas. Siempre hemos tenido buena comunicación. Como ella tiene un negocio, tiene que ser cordial y amable con las personas”, agrega Cancino.

Y así es. Muchos de los clientes que llegan al “Venecia” se acercan a saludarla antes de sentarse. “La señora ‘Tina’ es un siete. Siempre te recibe con su mejor cara y entusiasmo”, afirma uno de los clientes, Sergio Cárdenas, antes de retirarse del restaurante. Sin embargo, recalca que para él “es muy difícil venir ahora que no hay estacionamientos cerca. Antes venía los fines de semana con mi familia, pero ahora, cuando puedo arrancarme del trabajo, tomo el metro y me vengo para acá a almorzar.”

El ser amable y cordial, además de ser la dueña de unos de los restaurantes más antiguos del barrio Bellavista, le ha servido a la señora “Tina” para conocer a varios personajes famosos, entre ellos, además de Pablo Neruda, el también poeta Camilo Mori, y los actores Juan Pablo Sáez, Paulina Urrutia y Sergio Lagos.

“Cuando Patricio Aylwin fue nombrado Presidente de la República, en 1990, aquí se hizo una cena de celebración con todos los miembros de su gabinete”, recuerda el mesero Eduardo Escalona. “La señora ‘Tina’ fue la encargada de preparar todo y estaba muy nerviosa ese día. Quería que todo saliera perfecto y así fue”, agrega.



Pero no todo es trabajo en la vida de Clementina Gutiérrez. En sus momentos libres, aprovecha de ir al cementerio a recordar a sus familiares y amigos; o visita la sede de la junta de vecinos N°35 de Recoleta para ponerse al día en las campañas de “Ciudad Viva” y en las propuestas que hay con respecto al barrio Bellavista. “Ella siempre está atenta a todo lo que se haga o quiera hacer en su querido barrio. Participa activamente de la junta de vecinos, y siempre está proponiendo cosas”, comenta José Manuel Muñoz, dueño de la botillería “La Maca” ubicada en Pío Nono #182. “Es muy colaboradora entre los vecinos y siempre anda preocupada de que los vecinos estemos bien y sin problemas”, agrega Muñoz.

Son las once de la noche y en el restaurante “Venecia” ya comienzan a ordenar y limpiar las mesas para comenzar a cerrar. La señora “Tina” sigue sentada frente a la caja registradora y, con una calculadora antigua y grande en la mano, saca las cuentas de las ganancias del día. Al terminar, ordena las boletas y cierra la caja, mientras bebe un café cortado que una de las cocineras, previamente le había servido.

A las doce en punto el “Venecia” cierra sus puertas y los meseros y cocineras se despiden cordialmente de la dueña del local. “Hasta mañana señora ‘Tina’. Que descanse”, le dice el mesero Eduardo Escalona mientras sale del restaurante.

Doce y media y Clementina Gutiérrez, luego de haber apagado las luces, poner la alarma y cerrar el restaurante; se dirige a su departamento ubicado, en el edificio que está situado en el segundo piso de la botillería “La Maca”. Antes de subir, pasa por la botillería a comprar una Coca-Cola de dos litros y conversar con José Manuel Muñoz, el dueño. “Siempre me trae los envases al otro día cuando se va a trabajar, ella es una persona de confianza y muy cumplidora”, afirma el comerciante.

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